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La forma familiar de la palabra autobús, y que aparece recogida en el Diccionario de la Academia, parece la última expresión de una palabra que, pese a designar una realidad relativamente moderna, ya cuenta algunos hechos en su historia.Los orígenes del autobús se remontan a la necesidad de los ayuntamientos de las grandes ciudades de comenzar a utilizar vehículos de transporte colectivo que facilitaran el tránsito de sus habitantes sin perder demasiado tiempo en los desplazamientos a pie y sin llenar (esto último con menos éxito) las calles de vehículos particulares. Surgieron entonces los tranvías, primero tirados por animales, y después con energía eléctrica, lo que los obligaba a ir siempre conectados a los cables como si fuera un nutricio cordón umbilical.Pero si miráramos dentro de los habitáculos, veríamos que, ya desde el principio, el transporte colectivo se caracterizó por su razón de ser: servir de transporte público, sin distinción de clases o bolsillos, a todo el mundo. De aquí surgió el nombre primitivo, de voiture ómnibus, híbrida expresión entre francesa y latina que significaba \'coche para todos\'. Parece que el primer ómnibus se puso en circulación a finales del siglo XVII en París, siguiendo las ideas del filósofo francés Blaise Pascal (1623-1662), si bien no sería hasta el primer tercio del siglo XIX cuando se popularizara. Sin embargo, algunos afirman que el origen del nombre y del invento se debe al coronel Stanislas Baudry, propietario de unos baños en la ciudad francesa de Nantes. Sería el propio coronel quien, en 1825, para facilitar la asistencia de los ciudadanos a los baños, pusiera a su disposición una especie de diligencia. Se cuenta que el nombre del nuevo transporte público (o semipúblico) le surgió cuando vio un cartel en unos grandes almacenes que decía Omnes omnibus, es decir, «[hay de] todo para todos». Sólo tomó la última palabra, y así hacía gala de una especial democracia higiénica de su negocio.Las crónicas apuntan a la capital de Francia como la primera ciudad en tener un servicio estable de ómnibus, y así fue hasta que hizo su aparición el autobús, un gran avance para el transporte porque contaba ya con un motor de vapor que, por fin, lo liberaba de tener que ir conectado a un alambre. Esta idea de independencia le valió el descriptivo nombre de automobile omnibus, en el que se la añadía la característica de moverse \'por sí mismo\', que es lo que significa el prefijo griego auto. Ya a principios de siglo la larga expresión se acomodó a los tiempos y se contrajo tomando el principio de la primera palabra y el final de la se gunda, hasta llegar a la forma actual, por influencia del inglés.Por último, señalemos que el autocar, un poco posterior y pensado para grandes trayectos, recibió su nombre a partir de auto más la palabra inglesa car, es decir, \'coche\'.
Diccionario del origen de las palabras. 2000.